La policía peruana decomisó el martes 1.300 kilos de cocaína camuflados en tubos de plástico y detuvo a 17 presuntos narcotraficantes miembros de una banda criminal que dirige un mexicano y financia un brasileño, informó el ministerio del Interior.
La cocaína, descubierta con la ayuda de perros antidroga, tenía como destino México, donde iba a ser comercializada por el cartel de Sinaloa, según las autoridades peruanas.
El cargamento se halló mezclado en ocho tubos sintéticos de gran tamaño. Estos habían sido acondicionados junto a más de un centenar de otros tubos para tareas sanitarias dentro de un contenedor de la empresa Tritón, en el puerto del Callao, vecino a Lima. En otras palabras, el tubo era la droga. Cada tubo pesa 170 kilos, precisó la policía.
"Es una técnica sofisticada", aseguró el ministro peruano del Interior, Carlos Basombrío, sobre la forma como la droga había sido camuflada.
"Se tuvieron que picar estos tubos y, en una segunda oportunidad, los canes descubrieron la droga. De toda la carga se identificó 8 tubos que estaban con la droga", declaró a periodistas el jefe de la policía antidrogas, general Héctor Loayza.
Los tubos de droga iban a ser exportados a México y el cartel de Sinaloa la distribuiría en Estados Unidos, acotó el jefe policial.
La cocaína se produjo en el mayor valle cocalero de Perú, conocido como VRAEM, acrónimo del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, una zona con presencia de remanentes de la guerrilla Sendero Luminoso que actúan en alianza con narcotraficantes.
El jefe de la banda es el mexicano José Manuel Ríos Pérez, "quien se encuentra como no habido", según un comunicado del ministerio del Interior.
Entre los 17 detenidos, la mayoría peruanos, se encuentra el ciudadano brasileño, Nelson Dobbins Robello, a quien el ministerio del Interior señala como el financista de la organización.
El decomiso de la droga, así como las detenciones, se realizaron en forma simultánea durante la madrugada en Lima y en las ciudades de Tingo María y Huánuco, ambas ubicadas en una zona cocalera de la selva nororiental de Perú.
Perú es uno de los mayores productores mundiales de cocaína y produce anualmente unas 400 toneladas del alcaloide, según datos recientes del gobierno. Según la procuraduría antidrogas la economía del narcotráfico mueve al año 8.500 millones de dólares.